OPINIÓN. Abregú y los medios, para que no haya otro "Polaquito"

Cuando miré la nota por televisión del joven llamado “polaquito” en un programa de televisión recordé la presentación realizada en la causa que tuvimos en la región respecto de la joven de General Villegas que se viralizo por todos los medios. En esa época tuve que realizar un pedido formal a AFSCA a fin de que se respete la intimidad, la imagen y la integridad de la joven.

Invito a leer y reflexionar la resolución de Afsca que surgió a partir de un dictamen que realice desde mi función de Asesor de Incapaces de la Ciudad de Trenque Lauquen. Dicha resolución es recomendación de cómo se deben tratar el testimonio de un niño o niña en los medios televisivos. En ella se destaca las preguntas estigmatizantes, la imagen del niño, de sus padres, de su escuela, de su barrio, de su lugar de residencia etc., destacando que los que tienen que participar de dicha noticia sean especialistas, jueces, abogados, psicólogos.

La idea de tal resolución no es ocultar el hecho sino decirlo con responsabilidad, ética y respetando la legislación vigente.

Quizás lo que hoy, con la noticia antes mencionada en los medios y ya visto por toda la sociedad me genera una gran preocupación en el efecto y en el peso que tiene la palabra del niño, en aquellos “otros niños” que se encuentran en la misma situación que él o que potencialmente van en camino a padecer la misma vulneración en su condición de niño. (Ausencia de referente adulto, estigmatización del mundo adulto, expulsión escolar o falta de ella, falta de alimentación, falta de proyecto de vida). Ese mensaje ya dinamitado por toda la sociedad, tiene consecuencias dentro de los grupos adolescentes, dado que no solo genera que un determinado grupo social tome “conciencia” de la realidad de “unos” sino que estimula el hacer en la realidad de aquellos “otros” más vulnerables del sistema social. Esta distinción en “unos y otros” adolescentes, es sin ánimo de discriminar, sino una forma de aclarar que un mismo mensaje es recibido de diferente manera según la vida y vivencia de los niños y/o adolescentes.

No me quiero centrar en los derechos que no se han respetado en este joven, pue ya se ha dicho mucho de ello, esta presentada una denuncia penal realizada por el Asesor Gustavo Daniel Moreno, Asesor Tutelar en los Contencioso Administrativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por lo tanto dejemos que dé respuesta la justicia, yo solo vengo hacer una reflexión.

Por qué digo que el peso de la palabra del joven a quien le hicieron el reportaje es grave para sus pares y para todos los niños.

La ansiedad, la estigmatización, la potencialidad, el ejemplo que se da, el liderazgo, etc., potencian en los niños los problemas que padecen, y de ahí sus problemas sociales se van a convertir en un problema criminal. Porque, como vengo sosteniendo desde hace más de 20 años: “antes de un problema Criminal, hay un problema social”. Este es un concepto de un estudio criminológico que lo fui aprendiendo a medida que pasaron los años, y la verdad es que estoy convencido de ello. Ahora bien si el mundo adulto piensa que, desatendiendo los problemas sociales van a poder cambiar, bajar, poner a cero (0) la criminalidad, la inseguridad, o los problemas con la ley penal, vamos por mal camino.

En el año 2000 se presentó un informe a Naciones Unidas, por parte del Lic. Bernardo Klisber, sobre la Criminalidad en América Latina, en donde el Banco Mundial le recomendó al mundo que para la Criminalidad en América Latina es más económico y más efectivo construir una escuela y mantenerla que crear más cárceles y mantenerlas, por el efecto que tienen las dos medidas. De ahí las dos grandes teorías en el mundo “la punitiva” y la “preventiva”. Obviamente yo comparto la teoría preventiva.

No olvidemos que escuchar a un niño a su debido tiempo soluciona sus problemas. El art. 12 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, no termina de ser interpretado adecuadamente en el mundo adulto. Esta conquista debe ser operativa, es decir, en cada caso y en cada circunstancia, se debe operar el reconocimiento de su estado. El niño no es más un objeto, es un sujeto en crecimiento que implica, en función de su edad y su madurez, por parte

del Estado, desarrollar acciones de protección necesarias, crearle el clima adecuado para que se exprese si lo desea, garantizarle el derecho y hacerlo operativo. O sea que se entere de su pretensión, si es correcta, será tenida en cuenta, y si no será rechazada con el fundamento adecuado, tal como se le responde a cualquier ser humano, recordando que el niño es un ser humano.

Finalmente creo fervientemente que los medios de comunicación siguen siendo una herramienta necesaria para el desarrollo social, gracias a ellos nos enteramos en tiempo real, los sucesos que ocurren en el mundo, es indudable que los medios rigen una agenda pública y mantienen la noticia al correr de los días en tanto y en cuanto alimente la atención del público (rating) que se traduce en redito económico para el medio.

Los medios, se nutren de: el ciudadano común, legislador, magistrados etc., quienes en función de su conocimiento han de incorporar la noticia. Nuestra sociedad tiende a la sanción, al apartamiento de todo aquello que le molesta.

Esta imagen que la sociedad tiene de un niño delincuente, podría dificultar el armado de programas o acciones con el objetivo de asistir y orientar a quien ha cometido un delito.

El prejuicio está instalado, y los medios en muchos casos lo amplifican, obstaculizando las posibilidades de ayuda, considerando que desde lo humano de la sociedad, se podría brindar ayuda a los niños en riesgo.

Sobre tal endeblez creo que debemos construir la realidad y proyectar el futuro, que entre otros tópicos requiere fundamentar el concepto “niño”, y esclarecer su protección integral, como determinar las responsabilidades adultas en tan serio tema.

Los medios juegan un gran papel en la transformación social cuando asumen la tarea de realizar un desarrollo educativo asistemático, constante sobre valores básicos ciudadanos, que operan como prevención primaria positiva. La difusión de estas acciones resulta de gran aporte. Lograr el entendimiento necesario, del papel que cumplen en el orden social, ayuda a construir un futuro más digno.

En definitiva, en la historia de la humanidad, el “derecho es lucha”, lo interesante es continuar en este camino para darle a cada uno lo suyo.

Dr. Rómulo Rubén Abregu. Asesor de Incapaces de Trenque Lauquen. Prosecretario de Ajunaf. Coordinador de la diplomatura de niñez adolescencia y familia de la Universidad Nacional de La Matanza. Impulsor y creador del Instituto de niñez adolescencia y familia del Colegio de Abogados de Trenque Lauquen. Impulsor del proyecto creación del Comité de Bioética regional de Trenque Lauquen (ordenanza a la forma del intendente de Trenque Lauquen)